Conflicto societario, ¿cómo evitarlo?
Como en toda relación, unión o matrimonio un conflicto entre personas puede existir, pero también se puede evitar. El conflicto societario, se presenta por discrepancias, diversidad de opiniones, coyunturas especiales, pero sobre todo y en la mayoría de los casos cuando existen problemas de dinero y de comunicación.
Importantes conflictos entre pueblos han surgido por el deseo de conquistar algún bien material, un metal precioso, un tesoro, el simple acceso al agua. También han surgido conflictos memorables por problemas de comunicación, por la simple imposibilidad de poner a dos grupos de acuerdo entorno a cosas muchas veces sencillas. Gente que no ve la solución a la vuelta de la esquina, sino su deseo de imponer su punto de vista por encima de cualquier cosa, incluso de la razón.
En las sociedades comerciales se presenta la misma situación. Problemas de comunicación y de dinero están al orden del día. El conflicto societario, tristemente lleva mucha veces al fin de la sociedad, acabando con el patrimonio de sus integrantes, dejando obligaciones frente a terceros sin atender e imborrables huellas en las relaciones entre quienes fueron socios.
Esta introducción fatalista nos pone de presente que a pesar del riesgo latente, existen buenas prácticas de fácil implementación que permiten evitar el surgimiento de un conflicto societario.
existen parámetros de conducta que son de elemental cortesía, sentido común y cuidado
Estas prácticas, pueden ser tomadas a modo de recomendación para ser implementadas en su organización. Su aplicación con rigor y disciplina podrán significar una mejor comunicación entre las directivas y los socios, y entre ellos mismos. También pueden servir para mantener las expectativas alineadas y así permitir a los accionistas y a las directivas actuar unidos ante amenazas y adversidades que son usuales en un entorno económico incierto y competitivo.
Conozca los estatutos de su empresa
Los estatutos de una empresa son la carta de navegación. Muchas veces han sido redactados a partir de una minuta, o de los estatutos de la empresa de otro amigo. La carta de navegación los puede llevar a un puerto diferente. Revise que en los estatutos haya claridad sobre como se dirige la sociedad, como son los órganos, como se ejerce la representación, como se participa, en qué oportunidad se puede esperar utilidades, como se ejerce la fiscalización. Revise si está prevista la existencia de una Junta Directiva. Revise que mecanismos existen para la resolución de conflictos.
Tenga una Junta Directiva y reúnala
No estamos hablando de la Junta Directiva de una Multinacional, ni de tener que remunerar a sus miembros con una fortuna. Pero tenga en cuenta que conformar una buena Junta, que genere valor y contribuya al desarrollo del negocio es un proceso que toma tiempo y requiere de liderazgo y persistencia. Arranque con un comité asesor, oiga las ideas de gente que no está en el día a día y que tiene ejercicio. Echarse flores y pensar que se están haciendo las cosas bien es muy lindo, motiva y genera emoción, pero es un arma de doble filo. Sea receptivo a la crítica.
Convoque a las reunimos del máximo órgano social de forma anticipada y suministre la información necesaria
Si usted es el Gerente de una sociedad tiene la obligación de convocar a los socios o accionistas por lo menos una vez al año, dentro del primer trimestre calendario para rendir el informe de fin de ejercicio, someter a consideración de los asociados los Estados Financieros, el proyecto de distribución de utilidades y el informe de gestión entre otros. El día de la reunión haga un esfuerzo por hacer sentir bien a los accionistas. Infórmelos bien, deles un espacio para participar y opinar.
Celebrar una reunión del máximo órgano social no es tarea fácil. La Superintendencia de Sociedades ha elaborado un sencillo pero completo manual para este tipo de reuniones, la cual puede descargar en el siguiente vínculo:
Si no espera generar utilidades o las va a re invertir, anúncielo con tiempo
Si alguien invierte en un negocio es porque quiere ver que su inversión crezca (valorización) y que genere dividendos (rentabilidad). Estas variables son claves para la tranquilidad de los accionistas, comuníqueles permanentemente y en todo caso como mínimo en las épocas fijadas en los estatutos sobre el comportamiento de las principales variables de valorización y rentabilidad el negocio. En su calidad de administrador hágalo de una forma sencilla y ojalá gráfica. Recuerde que quien administra está en el día a día y lo sabe, le resulta obvio, a los accionistas no.
Exija ser informado de manera regular y permanente sobre los asuntos que debe conocer
En su cálida de accionista, cuando reciba información difusa, dispersa y que no entienda, exija que se la expliquen, tiene todo el derecho. Una práctica común es vencer al enemigo a punta de confundirlo. En muchos negocios el accionista es visto como ese “enemigo” o “piedra en el zapato” que entre menos se involucre, exija y moleste mejor para la administración. Esto es una mala señal, no deje que esto pase.
No de sorpresas
La primera gran sorpresa que suelen dar los administradores y socios mayoritarios de sociedades es no informar, no citar, no convocar, no explicar. Esto genera expectativa, ansiedad y sorpresas, elementos detonantes del conflicto societario. Un administrador no debe dar sorpresas, incluso las buenas. Dar dividendos no es una sorpresa es un deber y un derecho, por ende todos los temas de información y reporte deben ser tratados con objetividad y profesionalismo. Es como si uno le diera las gracias a un cajero por entregarle su plata.
Negocie y formalice una acuerdo de accionistas con sus socios
Tenga en cuenta que las buenas relaciones entre accionistas pueden sufrir todo tipo e amenazas, tanto internas como externas. Aproveche el momento de buena relación con sus socios para negociar una acuerdo legalmente exigible entorno a temas tan sensibles como distribución de utilidades, venta de la empresaria, venta entre socios, venta a terceros, gobierno corporativo y conflicto societario. Modelos de acuerdos de accionistas abundan en la red, junto con libros, artículos y recomendaciones de todo tipo. Construya su acuerdo, negócielo, y hágalo revisar por un abogado experto.
Si tiene algún temor, comuníquelo
Siempre existe el accionista que calla o guarda el comentario esperando a que la administración se de cuenta o caiga sola, lo que equivale a clavarse un cuchillo en la espalda.
Por más de que su temor sea incierto, infundado o simplemente una corazonada, comuníquelo a quienes tienen la información para disipar su temor o confirmarlo. Puede ser una gran ayuda.
No se meta en el día a día, a menos que lo inviten y pueda hacerlo de manera efectiva
Ser socio o accionista no le da necesariamente la calidad de director o administrador. Su participación activa en el día a día del negocio debe contar con la autorización de los demás accionistas o de la dirección. El foro donde participan los accionistas es la Asamblea General de Accionistas para el caso de las sociedades por acciones y la Junta de Socios en el caso de las sociedades de reponsabildiad limitada.
Sea crítico, pero también analítico y propositivo
Si su participación se limita a las reunimos del máximo órgano social, sea medidos con su intervención y sus palabras. Puede ser crítico, pero también sea analítico y propositivo. Si tiene una idea, comuníquela pero ofrezca apoyar en su implementación. Hágale sentir a la dirección que usted hace parte del equipo y quiere remar en la misma dirección que ellos.
Como podrá observar, existen derechos y obligaciones de carácter legal pero también existen parámetros de conducta que son de elemental cortesía, sentido común y cuidado. Tenga en cuenta que ser cortés, suministrar información y exigir son conductas que no necesariamente demuestran debilidad, sino carácter. Su inversión en una sociedad es parte de su patrimonio y no puede ser abandonada a su propia suerte.
Infórmese, informe, participe y construya !